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Clínica-Escuela de Terapia

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Test para padres o educadores: ¿Cúal es tu estilo educativo?

En el Instituto IASE queremos ayudarte con el presente cuestionario tiene como objetivo ayudar a reflexionar sobre el estilo que, como padre, madre o educador adopta en relación con el niño, llevándolo a analizar cuál es su modelo educativo.

En la ficha numero 12 publicada más adelante, encontrará una descripción de los cuatro modelos más comunes, y las consecuencias de cada estilo educativo en los niños. Intente responder con honestidad, marcando la opción (Verdadero o Falso) que en cada situación más se adapta a sus sentimientos (*).

1-Los niños tienen muy pocos motivos para estar tristes.

2-Si hay algún sentimiento de tristeza es bueno expresarlo.

3-El enfado de un niño, merece un castigo.

4-El enfado es un estado peligroso.

5-Si ignoramos la tristeza de un niño, esta acaba  por desaparecer y el asunto se resuelve por sí solo.

6-La ira normalmente significa agresión.

8-No hay problema con la tristeza, mientras este bajo control.

9-Cuando mi niño/a esta triste, es hora de resolver problemas.

10-Ayudo a mi niño/a a pasar rápidamente la situación de tristeza para que pueda dedicarse a cosas mejores.

11-Cuando mi niño/a esta enfadada, se transforma en un auténtico suplicio.

12-Mucha de la ira del niño tiene origen en la falta de comprensión y la inmadurez del niño.

13-Intento llevar a mi niño/a de la mano para obtener una buena disposición.

14-Debemos expresar la ira que sentimos.

15-Los niños tienen muy pocos motivos para irritarse.

16-Cuando mi niño/a esta triste, le ayudo a analizar aquello que le entristece.

17-Cuando mi niño/a esta triste yo le demuestro que le comprendo.

18-Lo fundamental es descubrir porque el niño se siente triste.

19-La infancia es una edad para los juegos y no para los enfados  ni las tristezas.

20-Cuando mi niño/a esta enfadada es una buena ocasión para estrechar nuestra relación.

21-Yo pienso que es bueno que a veces los niños se irriten.

22-Lo más importante es descubrir los motivos de porque el niño/a se ha irritado.

23-Cuando mi niño/a se pone triste yo llamo su atención para que no desarrolle un mal carácter.

24-Lo mejor  que se puede hacer por un niño triste es ofrecerle reconforto.

25-Cuando mi niño/a esta triste intento hacerle saber que le amo pase lo que pase.

26-Cuando mi niño/a esta triste no se bien que es lo que quiere que yo haga.

27-Cuando mi niño/a se enfada, en realidad no intento enseñarle nada en particular sobre la ira.

28-Si hay alguna lección en la ira es porque es bueno expresarla.

29-Cuando mi niño/a esta enfadada, intento hacerle saber que le amo pase lo que pase.

30-Cuando mi niño/a esta enfadado no tengo la certeza de lo que quiere que yo haga.

31-Mi niño/a tiene mal genio y eso me preocupa.

32-Mi niño/a cuando se enfada pierde el control.

33-Normalmente la ira acaba haciéndome perder el juicio y acabo haciendo cosas de las que luego me arrepiento.

34-Cuando mi niño/a tiene una rabieta, esto se convierte en un problema.

35-Cuando mi niño/a tiene una rabieta, ha llegado el momento de darle unas palmadas o de castigarle.

36-Cuando mi hijo tiene una rabieta, solo pienso en hacer que pare.

37-No hay un gran problema por la tristeza de mi niño/a.

38-La ira de un niño/a es importante.

39-Los niños tienen el derecho de irritarse.

40 No tengo la certeza de que se pueda hacer algo para cambiar la tristeza que mi niño/a siente.

¿Cuál es tu estilo educativo? (Continuación)

Las características de los padres o educadores de cada estilo son cuatro. Sepa a cual pertenece…

En la práctica.

No siempre actuamos de la misma forma, y, frecuentemente tomamos actitudes de diferentes estilos educativos. El objetivo es reflexionar sobre nuestro estilo educativo, pensando que, adoptando características específicas del estilo “Orientador”, promovemos el desarrollo emocional de los niños, volviéndolos:

  • Más saludables
  • Con mejor aprovechamiento relacional con los compañeros.
  • Con menos problemas de comportamiento.
  • Con mayor resistencia emocional.

Como obtener su puntuación: sume el número de veces que respondió verdadero (V) en cada uno de los siguientes grupos de cuestiones:

I-             1,5,8,10,12,13,15,19,36,37

II-            3,4,6,7,11,23,31,32,33,35

III-           2,14,242,25,26,27,28,29,30,40

IV-          9,16,17,18,20,21,22,34,38,39

El grupo de cuestiones donde obtenga mayor puntuación (mayor número de V) corresponderá con su estilo educativo predominante.

Grupo I – Ausente

  • Los padres y educadores consideran los sentimientos del niño/a poco importantes
  • Quieren que las emociones negativas del niño/a desaparezcan rápidamente.
  • Si el niño/a esta triste o enfadado intentan distraerlo.
  • Creen que dar demasiada atención a las emociones negativas ayudara a empeorar las cosas.
  • Atribuyen poca importancia a los factores que conducen a la emoción.
  • No intentan solucionar el problema: piensan que el tiempo es el mejor remedio.

Consecuencias del estilo ausente en los niños:

  • Transmite al niño/a una sensación de que sus sentimientos estan errados, presentando una dificultad para lidiar con las emociones.
  • El niño/a se queda con un sentimiento de que algo no está bien consigo mismo, pero no consigue verbalizar sus sentimientos.

Grupo II – Autoritario

  • Los padres y educadores mantienen y utilizan el poder.
  • Imponen reglas rígidas, no dando espacio para las decisiones de los niños.
  • Usan la fuerza y las amenazas y exigen respeto a través del miedo.
  • Toman todas las decisiones y valoran el control y la obediencia.
  • Ignoran, niegan, banalizan o desaprueban los sentimientos negativos de los niños.
  • Tienden a no comprender los sentimientos y solo se concentran en el comportamiento de los niños.

Consecuencias del estilo autoritario en los niños:

  • El niño/a se siente receloso e inseguro, buscando estrategias para evitar el castigo (mentir, escapar…). Revela poca autonomía y poca responsabilidad, pudiendo sentirse culpable, rechazado, y mal amado. Frecuentemente el niño/a se siente insatisfecho y desconfiado, presentando una baja autoestima.

 

Grupo III- Permisivo

  • Los padres y educadores abdican de su poder.
  • Tienden a aceptar todo lo que los niños hacen y creen que estos no deben ser frustrados.
  • Valorizan   la individualidad y la creatividad de los niños, dejándoles tomar decisiones.
  • No imponen reglas ni límites.
  • Tienen pocas exigencias y dan demasiadas libertades.
  • Cuando tienen que establecer las reglas explican demasiado las razones, consultan con los niños en relación a las decisiones a tomar y raramente castigan.

Consecuencias del estilo permisivo en los niños:

El niño/a puede sentirse confuso, rechazado, inseguro e incapaz de lidiar con las rutinas. Tiende a ser inmaduro y presenta bajos niveles de auto-control y de exploración. Tiene poca resistencia a la frustración (en consecuencia sufre de inconsistencia e indecisión sobre qué y cómo hacerlo). Se muestra dependiente, con una baja autoestima y muestra dificultades en tomar decisiones.

Grupo IV – Orientador

  • Los padres y educadores valorizan la individualidad de los niños sin abdicar en la transmisión de las normas sociales.
  • Son consistentes y firmes en el cumplimiento de las reglas. Están dispuestos a negociar o a aplicar un castigo limitado y sensato, dentro del contexto de una relación reconfortante y de apoyo.
  • A pesar de tener el control, saben compartir con los niños, adecuándose a la edad, los niveles de desarrollo y la situación.
  • Encaminan a los niños a tomar decisiones y a reflexionar sobre ellas y tienen en cuenta sus opiniones.
  • Tratan a los niños con respeto y les hacen sentirse responsables.
  • Respetan los sentimientos de los niños, estimulan su expresividad y promueven el intento de resolución de problemas.

Consecuencias del estilo orientador en los niños:

  • El niño/a se siente seguro por sentirse amado y por saber lo que se espera de él. Tiende a ser más auto-confiado, auto-controlado, asertivo y explorador del medio. Se siente responsable y auto-disciplinado. Muestra autonomía y se muestra motivado para cooperar. Se siente oído y respetado, ávido de valor y reconocimiento. Tiene una autoestima positiva.

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